José Tec Poot
La entrevista que me hizo recordar al amigo y maestro
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hace 4 añosen
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José M. Tec TunDurante mucho tiempo quise escribir acerca de José Tec Poot. Siempre tuve la idea de hacer algo diferente a lo que habían escrito sus amigos y conocidos, locales, nacionales y extranjeros. Pensaba hablar de José sin la visión académica, de la parte humana, pero se me hacía difícil por el corto tiempo conviví con él, cuando mucho fueron tres años. Pero como dice el dicho, el que persevera alcanza. Sucedió hace poco, en el mes de mayo, era sábado, ese día fui al mercado de Chuburná y por cuestión de tiempo necesitaba un transporte para volver a casa. No se imaginan cómo deseaba que apareciera un taxi. De pronto, en el paradero de los camiones ubicado a las puertas del IMSS, se detuvo un auto y una persona de edad avanzada, con la sonrisa en la cara, me preguntó si necesitaba algún transporte, ofreciéndome sus servicios, y me explicó que él pasa por la puerta del Seguro Social para brindarle ayuda a las personas que necesitan trasladarse después de su consulta, y de esa manera se ganaba un dinero extra. Me comentó que no lo hace por negocio, sino para ayudar a la gente de la tercera edad, pues a veces los camioneros no los quieren llevar porque pagan medio pasaje con su credencial de adulto mayor.
Acepté su servicio y nos encaminamos a Francisco de Montejo. Entonces comenzó una plática muy agradable. El señor me dijo: ¿Es usted maestro? Yo le respondí que sí. Después me dijo: Se nota, es usted muy educado. Maestro, me llamo Manuel Jesús Chan Yam, mejor conocido como don Chucho. ¿Y usted cómo se llama? Le dije que mi nombre es José Tec y trabajé como maestro pero soy antropólogo.
¡Cómo! exclamó con sorpresa e inmediatamente me dijo: Yo conocí a José Tec Poot, un magnífico Antropólogo. Lamentablemente fue uno de los fallecidos en el terremoto de 1985. No había conocido a otra persona tan humana, profesional y sencilla a la vez. Algo tiene usted de parecido y qué casualidad, hasta el nombre y la profesión.
Bueno don Chucho, platíqueme ¿cómo conoció a José Tec Poot?
Mira, te voy a contar: yo fui vendedor de libros aproximadamente 30 años, principalmente enciclopedias. José era uno de mis mejores clientes, nunca me fallaba en sus pagos. Para venderle a él había un pequeño inconveniente, porque no vivía en la ciudad de Mérida, él vivía en el pueblo de Ixil y la compañía no vendía libros fuera de la ciudad, entonces pusimos la Dirección de la Escuela de Antropología como si fuera su domicilio. En esa época la Escuela estaba en la Calle 74 entre 41 y 43 y ahí le iba a cobrar sus pagos quincenales, eso sí, nunca me falló, si por algún motivo salía de viaje, dejaba su pago con las secretarias. Ellas también me conocieron. Otro lugar donde le iba a cobrar, estaba en la calle 44 por 73 del centro, por el rumbo de San Cristóbal, ahí trabajaba con unos muchachos algo de maya.
Efectivamente don Chucho. Ahí funciona, hasta ahora, la Unidad de Culturas Populares y La Academia de la Lengua Maya de Yucatán A.C. En aquel tiempo, José Tec Poot era el Director de La Unidad y Secretario de la Academia.
Don Chucho, supongo que usted conoció a mucha gente, pero ¿cómo es que puede recordar con mucha claridad a José Tec Poot?
Bueno, a José lo recuerdo muy bien porque él me enseñó qué es la antropología y cuál es el trabajo de un antropólogo. Yo pensaba que la antropología se refería a las ruinas. Y entonces él me explicó que eso era arqueología y que el trabajo del antropólogo era estudiar y registrar cómo se dan los cambios en la sociedad y cómo se manifiesta la cultura de los pueblos. Eso me hizo entender cómo cambió la vida de los habitantes de Chuburná al crecer la ciudad de Mérida y también las fiestas de los pueblos.
¿Recuerda el año que conoció a José Tec Poot?
Sí en 1981 y hasta 1985 le vendí libros, antes que sucediera la tragedia.
¿Qué libros le compraba José Tec Poot?
José siempre me compró enciclopedias de historia, por su profesión, también diccionarios y lo último que le vendí fue una enciclopedia de biología o ciencias naturales, era un libro para el nivel Secundaria. No supe si tenía hijos estudiando, él era muy joven.
Así es, don Chucho, José Tec Poot en 1985 tenía 36 años, y sus hijos estaban pequeños, Fátima de cinco años y José Armando de tres.
Don chucho, me imagino que usted conoció a otros maestros de la Escuela de Antropología.
Claro que sí. Yo recuerdo a Carlos Evia, a Carlos Bojórquez, a Salvador Rodríguez, un magnífico director, y un tal Felipe Couoh. También conocí a don Alfredo Barrera Vásquez y a su hijo Alfredo Barrera Marín. A don Alfredo lo conocí en el Palacio Cantón, donde está el museo. De las secretarias de Antropología recuerdo a Ligia, a Cristina, a Rosita y al intendente Eliodoro Canché, (el popular Elio) un buen amigo y compañero, él vivía aquí en Chuburná, su papá fue comisario municipal.
¿Qué más recuerda de ese local de la Escuela de Antropología?
Recuerdo muy bien que al auditorio le pusieron el nombre de José Tec Poot, al poco tiempo de haber fallecido. Creo que es lo mejor que pudo hacer la Universidad Yucatán; reconocer la trayectoria de un buen hombre, maestro y amigo de investigadores y estudiantes de Antropología.
Don Chucho, ¿qué edad tiene actualmente?
Tengo 71 años, tuve cinco hijos; tres mujeres y dos hombres. A todos les pude dar carrera. Estudiaron en el Tecnológico y en la Universidad de Yucatán. Mis conocidos me decían: ¿Cómo puedes vivir vendiendo libros? Eso no se compra fácilmente. Yo siempre les respondí que es cuestión de mantener el interés del comprador, darle un buen servicio y saber administrar la economía. Hay que tener clientes que sepan valorar los libros, la mejor inversión de un padre de familia es en la educación.
Don Chucho, Usted tiene la misma edad de José Tec Poot (71 años), él nació el 27 de junio de 1949.
Ah, mira eso, yo nací en diciembre de 1948, sólo le llevo 6 meses.
Finalmente Don Chucho, ¿dónde vive usted y qué le gustaría hacer? Me imagino que conoce muchos pueblos y lugares, pero a veces queda algo pendiente.
Yo vivo en la calle 18 Núm. 103 E por 23 y 25 de Chuburná de Hidalgo y conocí Coatzacoalcos, Chetumal, Ciudad del Carmen, Campeche y México D.F. pero después de haber recordado a José, me gustaría conocer el pueblo de Ixil, nunca lo pude visitar ahí.
Se quedó pensativo un rato y luego agregó-Maestro, me ha hecho recordar a una gran persona y sabe qué, no se vaya a ofender, sinceramente creí que usted era su hijo.
Don Chucho, eso para mí es un halago, siempre me han dicho lo mismo. Jajaja, nos reímos. Luego le aclaré, yo soy José Tec Tun, de Espita, y José Tec Poot fue mi maestro y amigo. Le agradezco esta plática y tal vez algún día podamos visitar Ixil.
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