La universidad jesuita establecida en Mérida
durante el siglo XVII, es uno de los acontecimientos más importantes en el área
educativa de Yucatán. Sin embargo, en términos generales podríamos decir que la
labor desarrollada por la Compañía de Jesús en la península de Yucatán durante
la época colonial nos resulta un tanto desconocida, debido quizás a su
prematura salida de estas tierras en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando
fueron expulsados de Yucatán, del mismo modo que todos los jesuitas fueron
arrojados de todos los dominios españoles en esa centuria.
El campo de acción de estos religiosos, en los
tiempos de la Colonia tuvo especial énfasis en los actuales estados de Yucatán
y Campeche, llegando incluso a Tabasco. Los jesuitas realizaron en la península
yucateca una actividad básicamente educativa, a diferencia de otras partes de
México, como en el norte del país, donde llevaron al cabo un vigoroso trabajo
evangelizador fundando misiones, del mismo modo que lo hicieron en América del
Sur.
En esta región, la actividad jesuítica comprendió el
establecimiento de colegios, labores literarias, ministeriales y religiosas. Su
trabajo educativo fue amplio y establecieron tres colegios: dos en Mérida y
otro en Campeche, uno de los cuales se convirtió en Universidad.
El hecho de dedicarse a la enseñanza, hizo que los
colonizadores de Yucatán a principios del siglo XVII, solicitaran la presencia
de sacerdotes jesuitas para que se dedicaran a la educación superior de los jóvenes.
El prestigio de estos religiosos como formadores,
sobre todo por los colegios fundados por ellos, a la par de su celo apostólico,
hizo que el 12 de octubre de 1604 el Ayuntamiento y vecinos de Mérida solicitaran
por escrito al padre provincial de la Compañía de Jesús en México, la fundación
de un colegio de segunda enseñanza en esta ciudad.
Al año siguiente de esa solicitud, en 1605, los
padres jesuitas Pedro Díaz y Pedro Calderón llegaron a Mérida, para ver la
posibilidad de realizar tal fundación, la cual no fue posible hacer por no
reunirse los fondos necesarios.
No fue sino hasta 1618, once años después de haber
sido formulada la solicitud de la fundación de un colegio, cuando la Compañía
de Jesús pudo instaurar la orden en Yucatán.
Ese año de 1618, el capitán Martín de Palomar, al
morir dejó un legado de veinte mil pesos y su casa y solar situados a una
esquina al norte de la catedral (la manzana comprendida entre las actuales
calles 59 y 57, y 58 y 60) para fundar un colegio de enseñanza primaria y
urbana.
El 22 de noviembre de 1624, seis años después de ser abierto, el Colegio de San Francisco Javier se transformó en Universidad, por medio de un breve apostólico decretado por el rey Felipe II, que establecía que en los colegios de la Compañía de Jesús distantes doscientas millas de las universidades, se podían dar grados de bachilleres, licenciados, maestros y doctores.
La segunda institución educativa que establecieron
los jesuitas en Mérida, fue el Colegio de San Pedro creado el 21 de agosto de
1700 por el monarca Felipe V mediante Real Cédula, como un Colegio Seminario
jesuita en lo que fue la casa de Diego Rodríguez del Olmo, heredada por Gaspar
de Güemez, vicario del obispo fray Pedro de los Reyes, ubicada frente al
costado oeste de la Universidad de San Francisco Javier, en el actual cruce de
las calles 60 y 57, edificio donde hoy se encuentran diversos espacios
administrativos, bibliotecarios y culturales de la Universidad Autónoma de
Yucatán. Esta segunda institución jesuita se inauguró el 20 de abril de 1711.
En San Francisco de Campeche, los jesuitas
establecieron el Colegio Seminario de San José de Campeche, que abrió sus
puertas el 4 de noviembre de 1756.
Hoy en día, en Mérida, el teatro José Peón
Contreras, el callejón del Congreso y el Parque de la Madre, se levantan donde en
los siglos XVII y XVIII estuvo la Universidad de San Francisco Javier.
De aquel conjunto arquitectónico formado por la
Universidad y el templo de El Jesús, actualmente sólo existen, además del
hermoso templo: el aula magna o Salón de los Generales, donde estuvo por muchos
años el Congreso del Estado, y edificaciones adyacentes al templo, tales como una
hermosa escalera barroca, parte de uno de los corredores superiores de la
Universidad, el Confesionario rojo, y la antigua y espaciosa sacristía, que
ahora albergan la Pinacoteca del Estado “Juan Gamboa Guzmán”,
dependiente del Centro INAH Yucatán.
La universidad y el seminario jesuitas se
encontraban unidos por una estructura hoy en día inexistente. En efecto,
diversos especialistas han señalado que un puente de piedra atravesaba la
actual calle 60 en la época colonial, uniendo la Universidad de San Francisco Javier
con el Colegio de San Pedro.
El antropólogo Salvador Rodríguez Losa, nos señaló en más de una ocasión al Dr. Carlos Bojórquez Urzaiz y a quien esto escribe, que dicho puente cruzaba la referida vía, surgiendo de la segunda planta de cada uno de los edificios educativos.
Dibujo reconstructivo del conjunto educativo jesuita en el siglo XVIII. El Colegio Seminario de San Pedro donde hoy se ubica la Universidad Autónoma de Yucatán, y la Universidad de San Francisco Javier donde actualmente están el teatro José Peón Contreras, el Parque de la Madre, el Callejón del Congreso, el ex Congreso del Estado y la Pinacoteca del Estado “Juan Gamboa Guzmán”. Sobre la actual calle 60, marcado en rojo en el dibujo, el sitio donde habría estado el probable puente de piedra que habría unido a ambos edificios educativos jesuitas. Ilustración de Indalecio Cardeña Vázquez, a partir de un plano reconstructivo de la Universidad de San Francisco Javier, de Raúl Ancona Mena, y de un fragmento del “Plano, Perfil y Elevacion de la Aduana construida de orden de S[u] M[ajestad] en Mérida de Yucatán”, de Rafael Llobet, 14 de diciembre de 1793, que se encuentra en el Archivo General de Indias de Sevilla (Material didáctico de la Cátedra José Martí).
Por su parte el Lic. Rodolfo Ruz Menéndez, quien fuera Historiador de la Universidad Autónoma de Yucatán, señala en su texto El antiguo edificio de la Universidad Autónoma de Yucatán (1988) que el Colegio Seminario de San Pedro tenía “… un gran patio central rodeado de corredores y columnas en su planta baja y en su primer piso, (segunda planta en realidad) contaba con un puente aéreo, sobre la calle 60, que lo comunicaba con las demás construcciones universitarias.”
El S.J. Joaquín Gallo Reynoso señalaba en 2003, que
ese puente posiblemente estuvo en el sitio donde hoy están el costado sur del
teatro José Peón Contreras y la Universidad Autónoma de Yucatán (comunicación
personal).
La ciudad de Mérida, continúa ofreciéndonos en este
siglo XXI, una centuria de sorprendentes avances tecnológicos, los secretos que
aún guarda celosamente en las vetas del tiempo.