Arte y ciencia
Poliamor, aparente moda de la época de las cavernas
Publicado
hace 4 añosen
Poliamor, una palabra que cada vez se menciona más en diferentes foros, en las redes sociales y otros espacios donde comparte informaciones variadas. Este término que en muchas sociedades causa polémica por desafiar el paradigma sexo-afectivo de la monogamia, ha sido llamado por sus detractores como una moda juvenil que debe evitarse, en tanto otras personas, sin ser necesariamente jóvenes, lo han adoptado en clandestinidad pero en estos días parece abrirse entre quienes cuestionan si es acaso la única forma de relacionarse entre sí. ¿Es una moda reciente? La respuesta definitiva es no, dado que se trata de un sistema que ha existido desde los inicios de la humanidad.
La antropología tiene mucho que decir respecto al poliamor, aunque en estas líneas se tratará de manera breve y concisa, esperando despertar la curiosidad sobre ese y otros temas relacionados a la sexualidad. Estos temas, suelen tratarse de manera interdisciplinaria, que no es más que la reunión de un conjunto de personas expertas de distintas ramas de la ciencia, en temas que encuentran un punto en común y con las evidencias de sus áreas convergen en puntos que nos permiten tener un panorama más claro de lo que se propone.
Comenzaremos con aquellas evidencias que provienen de la biología (primatólogos), genetistas y antropólogos físicos. En muchos machos mamíferos, especialmente primates- el ser humano es un primate- existen formas anatómicas que ser comparadas hallamos similitudes que infieren directamente en su uso y nuestro comportamiento, en patrones altamente regulares, estén o no directamente emparentados. En el caso de la glande del pene, la forma es sumamente similar en muchas especies y entre sus múltiples funciones, está la reproductiva (que no es la única). Como se sabe, se trata de un cuerpo esponjoso lleno de terminaciones nerviosas que, al estimularse, causan placer en la mayoría de los machos y llevan al reflejo eyaculatorio.
Dicho acto, cuando es llevado a cabo con hembras, la parte más ancha suele remover el semen de otro macho, facilitando así, la permanencia de su propio material genético (aparte de prevenir la compresión de la uretra durante la erección). El bipedismo que experimentaron nuestros antecesores como el australopithecus, generó la necesidad de un alargamiento de pene mayor, debido a la postura bípeda de la hembra y que, con ello, la gravedad dificultara aún más la permanencia del semen en la vagina, como lo señala Manuel Peinado Lorca del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá en España. El detalle, es que en términos conductuales la mayor glande del pene en los machos de los mamíferos, implica mayor cantidad de machos copulando con una o varias hembras sin la necesidad de ningún alfa. La única diferencia entre los homo sapiens (o sea, nosotros) es que por el bipedismo, se tuvo que alargar más la longitud del pene.
Esta acción comparativa, lleva a plantear que no existía la monogamia como forma única en los albores de la humanidad y en la carrera de más de 4 millones de años de evolución, la mujer sostuvo una capacidad de recuperación mucho más rápida, lo que le permitía una mayor cantidad de cópulas con distintos machos, mismos que no gozaron de la misma suerte que las hembras. Y esta lógica biológica, tiene una razón de peso: asegurar la supervivencia del grupo al garantizar una mayor tasa de embarazos, en una época sumamente difícil donde el promedio de vida era de 20 a 30 años promedio y una mortalidad infantil muy elevada.
A nivel hormonal, algunos efectos de los diferentes flujos, también jugaron un papel importante en la característica anterior, ya que hicieron de las hembras mucho más empáticas, con mayores capacidades comunicativas en tanto, en los machos y gracias a mayores cantidades de testosterona, con mayores capacidades visoespaciales, necesarias para la caza. Aclaro que no es un asunto totalitario y como ocurre en nuestros tiempos, existen hombres con capacidades de empatía y comunicación desarrolladas, así como mujeres colmadas de testosterona, altamente competitivas y con una mejorada capacidad visoespacial, pero en ambos casos, no es lo común aunque el registro arqueológico ya ha logrado tener evidencia de mujeres dedicadas a la caza.
Dichas tendencias permiten entender que, sin entrar en roles biologicistas y deterministas (que son visiones altamente sesgadas), si nos dan una visión más amplia de que la organización de los grupos eran mayormente liderados por las mujeres, y usando métodos comparativos en lo biológico como en lo social, estas características apuntan fuertemente a una organización en la que, el control de la sexualidad recaía mayormente en las mujeres, quienes reconocían a sus hijos e hijas, no así en el caso de los hombres que cuidaban del clan en sí, sin importar quiénes fueran de quién.
Desde lo socio cultural, esta característica es común en grupos de parentesco donde no existe una idea de pertenencia al momento de copular, y si regresamos nuestra visión comparativa con la primatología, este modelo lo vemos altamente desarrollado en el grupo de Bonobos, que son unos chimpancés más pequeños, pero con mayor afinidad biológica con los humanos que ninguna otra especie de primates. No existen reglas en lo sexual, todo es regido por las hembras y hasta las tensiones por la comida y territoriales se deciden a través de las cópulas entre sus miembros, sin importar si son con los y las del mismo sexo. Nuevamente, la razón de ello es aumentar sus posibilidades de supervivencia y han sido sumamente efectivos en ello, así como también nosotros que logramos pasar de ser presas a ser el mayor depredador del planeta.
A diferencia de la poligamia, en el poliamor como se entiende actualmente, no existe un sentido de pertenencia sexo-afectiva, y se basa en una libertad con responsabilidades compartidas en muchos sentidos que van más allá de lo sexual. Incluso hasta económicas cuando conviven bajo un mismo techo. En sociedades donde la vida y la vivienda es un gran desafío, el poliamor ha demostrado, así como en el pasado, ser una forma muy efectiva de supervivencia de sus miembros, si lo queremos ver con la misma óptica.
Desde la perspectiva sociocultural, diferentes sociedades como los aborígenes australianos, o algunos grupos en Nepal, Nigeria o la India tienen una organización sin sentidos de pertenencia que bien podría llamarse poliamorosa, pero la antropología la denomina grupos de matrimonio, los cuales son muy distintos a la poliginia (un hombre casado con varias mujeres) y la poliandria (una mujer casada con varios hombres) en las que las dos últimas, implican que una parte tiene un sentido de pertenencia principal sobre las otras, en tanto la primera, está basada en la mutua cooperación.
El debate siempre estará abierto y va mucho más allá de las formas moralmente aceptadas por la mayoría. Desde luego la intención de este texto no es convencer a nadie y aboga por la libertad de elegir la forma en que más les convenga a las personas de relacionarse afectiva, sexual y económicamente con otras.
El profesor Ariel Avilés Marín, una de las plumas más lúcidas de Yucatán, y amigo de toda la vida, desde los días iniciales de la benemérita Escuela Modelo, hasta el presente convulso y turbio, como activos martianos con quien me une la vocación docente, las letras, la pasión y el entusiasmo por la música, y el amor por México y Cuba, nos honró con la escritura de la última página de Informe Fracto, que a partir del día de hoy domingo 3 de octubre de 2021, entra en receso después de casi tres años de haber abierto una ventana al pensamiento, a la cultura y a la información libres, sin cortapisas de ninguna clase, ponderando siempre el respeto a la diferencia y tratando de dar voz al otro, a los innominados y en general a todos los que no han querido guardar silencio ante el mundo desigual que amenaza ya con la extinción de la especie. En otro momento nos reuniremos de nuevo, mientras tanto, sigamos pensando que venceremos.
Carlos Bojórquez Urzaiz
Luchar por la cultura, es una batalla titánica y muchas veces poco recompensada. Abrir brecha por la cultura, implica una labor dura y desigual, y sostener esa lucha exige la más de las veces la difícil cualidad de hacer verdaderos milagros. Esta lucha es igual de dura en el campo del teatro, de la música y, prácticamente en todo el campo de las artes. Tal parece que las musas son veleidosas e ingratas con quienes buscan sus favores, y que, tocar las mieles del triunfo está reservado a unos cuantos, y no siempre a los más meritorios. En este campo, la lucha por la labor editorial, es una de las más complicadas y cuyos frutos pocas veces logran trascender y menos redituar a quien pone en juego todas sus energías y afanes. La experiencia de crear y sostener una revista, con fines culturales es una empresa titánica y que, definitivamente reditúa, reditúa en planos de un orden estrictamente moral, anímico, de la más amplia realización personal, y eso, no tiene comparación alguna en la vida de las almas sensibles y generosas.
En la historia de las letras yucatecas, revistas memorables han dejado su huella luminosa. Esfinge, Platero, Voces Verdes, son nombres que se deben evocar con un reconocimiento para todas las mujeres y los hombres generosos que las hicieron posibles. En el campo del periodismo estudiantil, en la Escuela Modelo, también ha habido recordadas revistas, desde El Diminuto, en 1916, pasando por El Modelista, El Vocero Modelista, hasta llegar a la revista Blanco y Azul; así que no es de extrañar que un modelista como Carlos Bojórquez Urzaiz haya emprendido una aventura con la publicación y permanencia de la revista Informe Fracto.
Informe Fracto, ha dejado en su breve vida una huella que marca primicias en el periodismo cultural y de opinión. Una revista plural como pocas ha habido. Diversa e incluyente, que no ha rehuido a tema alguno que sus plumas han querido abordar, cada uno desde su trinchera de lucha. Desde sus columnas, ha tenido cabida la denuncia, la crítica afilada y aguda, la lucha a brazo partido por los Derechos Humanos. Creemos que, no hay pluma que haya dejado correr su tinta por sus columnas, que se haya sentido defraudada o sesgada por una línea sugerida y mucho menos impuesta. En sus páginas, se respiraba una libertad sin cortapisa alguna. Y todo esto, créanmelo, vale su peso en oro, y pocas veces se da, así con esta plenitud.
La fuerza de la situación económica es muy fuerte, sostener un proyecto como este no es cosa fácil, y termina naufragando, a pesar de sus logros periodísticos y literarios, porque la frase de Quevedo sigue teniendo una tremenda vigencia: “Poderoso caballero es don dinero”; y cuando éste falta, el casco de la nave hace agua y se va a pique sin remedio, con todo y su precioso cargamento de cultura. Así de fría y brutal es la realidad económica.
Nos duele profundamente que este día, 3 de octubre de 2021, sea el último que vea la luz esta memorable revista. Le decimos adiós con una tristeza profunda. Pero sin perder la esperanza de que, en un futuro, este gran proyecto pueda ser rescatado. En muchas revistas ha habido primera y segunda épocas. Deseamos profundamente que así suceda con Informe Fracto. Mientras tanto, el decimos con el alma en la mano: ¡Hasta luego! Mérida, Yuc., a 3 de octubre de 2021.
La construcción de la opinión pública informada es uno de los grandes retos de la sociedad de la información y el conocimiento, y como es de imaginar, la prensa juega un papel importante en este proceso.
Yucatán atraviesa por una compleja situación, la pandemia agudizó la presencia de información falsa, manipulada y poco confiable. En estas condiciones, no es de extrañar que la toma de decisiones sea complicada y que el ejercicio de los derechos no sea pleno, por lo que la ciudadanía navega sin rumbo en el turbio mar de la información. Este contexto, en apariencia desalentador, puede ser superado por el trabajo de los medios de comunicación que, a través de un accionar ético y responsable pueden erigirse en herramientas que nos permitan orientarnos en estas aguas peligrosas. Eso ha sido Informe Fracto.
Los tres años de existencia de este medio de comunicación han demostrado cómo el periodismo digital puede y debe perseguir dos cosas: ética informativa y calidad de contenido. Durante la pandemia Informe Fracto fue uno de los pocos medios que suscribieron declaraciones puntuales sobre la responsabilidad de los medios de comunicación ante la emergencia por la Covid-19, mostró una clara inclinación por dar visibilidad a grupos que normalmente fueron marginados del espacio de la opinión pública, supo hacer uso del lenguaje como una forma de equilibrar el perverso juego de la desigualdad y reunió para ello a un nutrido grupo de profesionales e intelectuales.
Las páginas digitales de Informe Fracto serán recordadas como uno de los foros de opinión más importantes del espacio digital, donde convivieron algunas de las plumas más apreciadas del campo cultural yucateco. Este espacio digital mostró al periodismo regional los nuevos rostros y perfiles del periodista necesario.
No quepa duda que algún historiador ya ha tomado registro de esta publicación, por lo que su permanencia en la historia de la prensa regional esta asegurada. No se puede ocultar que éste, el medio más crítico de los últimos años, muchas veces fue a contracorriente del discurso periodístico yucateco y con ello sentó un precedente de independencia y libertad para cada uno de sus colaboradores. No se ejerció la libertad de opinión sin reflexión, no se busco ir a contracorriente sin un objetivo, por el contrario, la prioridad fue brindar certeza al lector.
Hace ya casi un año, por la generosidad de Carlos Bojórquez Urzaiz, recibí la invitación para hacer de Informe Fracto un espacio para mis ideas y reflexiones. Posiblemente no correspondí con la constancia debida, por ello valoro más la disposición permanente y entusiasta que siempre mostraron los editores al recibir mis colaboraciones.
La escritura y la reflexión nos llevan siempre por rumbos que se cruzan. Queda la memoria, queda la historia y el respeto a los valores del periodismo necesario.
Pero seré fiel a la divisa
de no escribir nunca una mentira.
Fidel Castro
La experiencia de lo digital ha sido una incitación y, sobre todo, una suerte de esperanza de que la cultura escrita todavía es constancia, y para algunos, destino. Informe Fracto es prueba de que el periodismo puede hacerse desde un discurso más humano y justo, que la escritura de la nota roja puede ir más allá de la estulticia, y que la perspectiva de género es un imperativo que debe permear las redacciones y nuestras relaciones humanas. No se puede desligar la vida diaria del periodismo responsable, de la editorial crítica. No podemos relegar la comprensión del presente a momentos fugaces en cualquier red social, o bien, a impulsos atrabancados de mentira, ego, verborrea y ripio.
Ha sido otro el latir de Informe Fracto. Seguramente otro el motivo de cada colaboradora y colaborador de este proyecto editorial en internet que, sin anuncios y propaganda, bregó por un mar embravecido de crisis pandémica, económica y globalización.
Aún y con todo, queda en la virtualidad, inequívoca constancia de lo escrito, seguro de que la reflexión, esa sí, persistirá en el día a día de quienes confluimos en este espacio diverso.
De manera personal, agradezco y reconozco desde estas líneas, la encomiable labor de Carlos Bojórquez Urzaiz, Rocío Valencia y Lilia Balam para que Informe Fracto navegara sublime. Fueron, sin duda, el viento a favor.
Para mi fue vivificante volver a escribir Notas al margen después de una lamentable y forzada pausa. Y, además, escribirla para un medio digital como Informe Fracto. No sólo fue un puntual recordatorio de la vocación, sino confirmar que este mundo se enfrenta desde nuevas trincheras con palabras, ideas y acciones.
Reencontrar al profesor de universidad, ahora como editor de una revista digital, fue del mismo modo muy grato, aunque no sorpresivo. La esencia del doctor Carlos Bojórquez Urzaiz gira siempre en torno a las ideas, el conocimiento y la creatividad. Es una dicha poder encontrar a un interlocutor como él, y por supuesto, el alto valor de su amistad. Por eso tengo la certeza de que una próxima aurora marcará no uno, sino nuevos rumbos.