Arte y ciencia
Contacto de Carl Sagan

Publicado
hace 4 añosen

Los aficionados a la ciencia, los que hacen ciencia y creo que una parte de la población nacida después de los setenta puede conocer el nombre de Carl Sagan y en líneas generales decir quién era y a qué se dedicaba. Es difícil resumir la vida de alguien en unas cuantas palabras, pero estoy segura de que a Carl Sagan en absoluto le ofendería que se hablara de él si con eso también se hablara de sus temas favoritos: la ciencia y la generación del conocimiento.
La novela Contacto fue sólo uno de los libros que escribió y es por mucho el más popular de su bibliografía, tanto que tuvo una película que muchos de mi generación habrán visto en la televisión, sin siquiera conocer nada de su autor. Con el tiempo, fácilmente se convirtió en un clásico de la ciencia ficción, y aun cuando es un libro que ya tiene sus más de 30 años, con una tecnología muy superada (en algunas áreas), no deja de estar vigente.
Actualmente la tecnología de comunicación y de computación, mucho más avanzada que en 1985, con internet, las redes sociales y el mejoramiento de las computadoras y sus capacidades de almacenamiento, nos hicieron la ilusión de tener el universo a la mano. Pero estos adelantos son bastante cosméticos puesto que no han incidido profundamente en la naturaleza de los seres humanos como especie, ni en el entendimiento que poseemos como sociedad. La guerra, la hambruna, la devastación por desastres naturales, la migración, la desigualdad, la discriminación de cualquier tipo, son sólo algunos de los males que todavía nos aquejan con todo y nuestros teléfonos inteligentes y la vastedad de conocimiento almacenadas en la nube.
Cuando Sagan escribió este libro, vivía en una época (para su generación) especialmente optimista: el fin de la guerra fría y el comienzo de los acuerdos del desarme nuclear. Entiendo que gran parte de este optimismo se ve reflejado en la novela o cuando menos en el tono esperanzador que tiene ak final, que no les contaré para no hacer spoilers, aunque tal vez algunos ya lo conozcan.
Creo que uno de los méritos importantes de esta obra reside precisamente en ese análisis sobre la reacción de la naturaleza humana, como comunidad y no a nivel individual, ante una situación de este tipo, sobre todo cuando existe una incertidumbre sobre las intenciones de este contacto. Nadie duda de lo que pasaría si fuera hostil, pues cualquier ataque a nosotros o nuestras familias implica un instinto natural de protección y supervivencia que es atacar o huir. Pero cuando no estamos seguros, entonces dudamos y cuando dudamos también sentimos miedo. Si las intenciones no son hostiles y obviamente no tenemos nada que aportar pues a todas luces estos otros, son superiores a nosotros, entonces ¿qué quieren?
Carl Sagan no fue el primero en abordar la posibilidad de un contacto no abiertamente hostil con una inteligencia extraterrestre, pero quizás haya sido él quien ha tenido más imaginación para abordar fielmente en el presente cuales serían los pasos que la humanidad en conjunto y en lo personal a través de su protagonista, darían para abordarlo.
Hoy día las teorías conspiracionistas son tantas, que ya es difícil seguirles el paso. Proliferan tanto como las noticias falsas en internet, pero al margen de lo que los conspiranoicos pueden creer, el mundo de la ciencia se rige por las mismas reglas que el resto del mundo y los científicos también lidian con la burocracia, la religión y los prejuicios de sus propias culturas y países. Este fue también otro mérito de la novela: hacer real ese mundo que parece inescrutable y casi místico que es el de la ciencia para aquellos que no estamos involucrados en él y aproximarnos a su realidad cotidiana. Ellos como nosotros, también tienen que lidiar con un jefe mandón, tal vez misógino, o al que no le parece relevante nuestro proyecto, o quizás con el presupuesto, cada vez más escaso que en el año anterior.
Acerca de las cuestiones de género, también sobra decirlo, Carl Sagan fue uno de los pocos autores de ciencia ficción de su generación: hombre, blanco y privilegiado que le dio protagonismo a una mujer, y no a una mujer cualquiera, o retratada de forma estereotipada: su personaje de la doctora Ellie Arroway narra el perfil de una persona compleja, y con una dimensión de profundidad que la vuelve no sólo real sino hasta entrañable.
A través de Ellie conocemos la fascinación infantil por el conocimiento que termina en una vida dedicada a la ciencia, vemos cómo la mente curiosa de un niño puede descubrir la forma en que el mundo se rige, se transforma y nos transforma. Ellie es todos los niños y niñas que una vez sintieron fascinación por las estrellas e hicieron una vida dedicada a entenderlas.
Finalmente me queda hablar de los aspectos formales del libro, Carl Sagan era ante todo un divulgador, y si bien su narrativa puede aparecer carente de complejidades del lenguaje, por este motivo es que muchos lectores pueden acercarse a esta obra sin temor a no entender de qué tratara, como suele suceder con otros autores del mismo género.
No lo recomendaría a lectores principiantes, pero sí a lectores que quieran acercarse por primera vez a la ciencia ficción como género literario, y de esta forma podrán observar sus múltiples posibilidades y descubrir como yo misma hice, cómo y porqué algunos libros se convierten en clásicos de su género. Un resumen:
“En la mesa sobre la que descansaba el telefax había también un espejo. Allí vio Ellie a una mujer ni joven ni vieja, ni madre ni hija. No había avanzado lo suficiente como para recibir ese mensaje, y mucho menos descifrarlo. Había pasado su existencia procurando establecer contacto con los seres más extraños y remotos, mientras que en la vida real no lo había logrado casi con nadie. Siempre criticó cruelmente a los demás por crearse mitos, pero no advirtió la mentira que subyacía debajo de los propios. Toda su vida estudió el universo, pero nunca reparó en su mensaje más sencillo: las criaturas pequeñas como nosotros sólo podemos soportar la inmensidad por medio del amor.”

El profesor Ariel Avilés Marín, una de las plumas más lúcidas de Yucatán, y amigo de toda la vida, desde los días iniciales de la benemérita Escuela Modelo, hasta el presente convulso y turbio, como activos martianos con quien me une la vocación docente, las letras, la pasión y el entusiasmo por la música, y el amor por México y Cuba, nos honró con la escritura de la última página de Informe Fracto, que a partir del día de hoy domingo 3 de octubre de 2021, entra en receso después de casi tres años de haber abierto una ventana al pensamiento, a la cultura y a la información libres, sin cortapisas de ninguna clase, ponderando siempre el respeto a la diferencia y tratando de dar voz al otro, a los innominados y en general a todos los que no han querido guardar silencio ante el mundo desigual que amenaza ya con la extinción de la especie. En otro momento nos reuniremos de nuevo, mientras tanto, sigamos pensando que venceremos.
Carlos Bojórquez Urzaiz
Luchar por la cultura, es una batalla titánica y muchas veces poco recompensada. Abrir brecha por la cultura, implica una labor dura y desigual, y sostener esa lucha exige la más de las veces la difícil cualidad de hacer verdaderos milagros. Esta lucha es igual de dura en el campo del teatro, de la música y, prácticamente en todo el campo de las artes. Tal parece que las musas son veleidosas e ingratas con quienes buscan sus favores, y que, tocar las mieles del triunfo está reservado a unos cuantos, y no siempre a los más meritorios. En este campo, la lucha por la labor editorial, es una de las más complicadas y cuyos frutos pocas veces logran trascender y menos redituar a quien pone en juego todas sus energías y afanes. La experiencia de crear y sostener una revista, con fines culturales es una empresa titánica y que, definitivamente reditúa, reditúa en planos de un orden estrictamente moral, anímico, de la más amplia realización personal, y eso, no tiene comparación alguna en la vida de las almas sensibles y generosas.
En la historia de las letras yucatecas, revistas memorables han dejado su huella luminosa. Esfinge, Platero, Voces Verdes, son nombres que se deben evocar con un reconocimiento para todas las mujeres y los hombres generosos que las hicieron posibles. En el campo del periodismo estudiantil, en la Escuela Modelo, también ha habido recordadas revistas, desde El Diminuto, en 1916, pasando por El Modelista, El Vocero Modelista, hasta llegar a la revista Blanco y Azul; así que no es de extrañar que un modelista como Carlos Bojórquez Urzaiz haya emprendido una aventura con la publicación y permanencia de la revista Informe Fracto.
Informe Fracto, ha dejado en su breve vida una huella que marca primicias en el periodismo cultural y de opinión. Una revista plural como pocas ha habido. Diversa e incluyente, que no ha rehuido a tema alguno que sus plumas han querido abordar, cada uno desde su trinchera de lucha. Desde sus columnas, ha tenido cabida la denuncia, la crítica afilada y aguda, la lucha a brazo partido por los Derechos Humanos. Creemos que, no hay pluma que haya dejado correr su tinta por sus columnas, que se haya sentido defraudada o sesgada por una línea sugerida y mucho menos impuesta. En sus páginas, se respiraba una libertad sin cortapisa alguna. Y todo esto, créanmelo, vale su peso en oro, y pocas veces se da, así con esta plenitud.
La fuerza de la situación económica es muy fuerte, sostener un proyecto como este no es cosa fácil, y termina naufragando, a pesar de sus logros periodísticos y literarios, porque la frase de Quevedo sigue teniendo una tremenda vigencia: “Poderoso caballero es don dinero”; y cuando éste falta, el casco de la nave hace agua y se va a pique sin remedio, con todo y su precioso cargamento de cultura. Así de fría y brutal es la realidad económica.
Nos duele profundamente que este día, 3 de octubre de 2021, sea el último que vea la luz esta memorable revista. Le decimos adiós con una tristeza profunda. Pero sin perder la esperanza de que, en un futuro, este gran proyecto pueda ser rescatado. En muchas revistas ha habido primera y segunda épocas. Deseamos profundamente que así suceda con Informe Fracto. Mientras tanto, el decimos con el alma en la mano: ¡Hasta luego! Mérida, Yuc., a 3 de octubre de 2021.

La construcción de la opinión pública informada es uno de los grandes retos de la sociedad de la información y el conocimiento, y como es de imaginar, la prensa juega un papel importante en este proceso.
Yucatán atraviesa por una compleja situación, la pandemia agudizó la presencia de información falsa, manipulada y poco confiable. En estas condiciones, no es de extrañar que la toma de decisiones sea complicada y que el ejercicio de los derechos no sea pleno, por lo que la ciudadanía navega sin rumbo en el turbio mar de la información. Este contexto, en apariencia desalentador, puede ser superado por el trabajo de los medios de comunicación que, a través de un accionar ético y responsable pueden erigirse en herramientas que nos permitan orientarnos en estas aguas peligrosas. Eso ha sido Informe Fracto.
Los tres años de existencia de este medio de comunicación han demostrado cómo el periodismo digital puede y debe perseguir dos cosas: ética informativa y calidad de contenido. Durante la pandemia Informe Fracto fue uno de los pocos medios que suscribieron declaraciones puntuales sobre la responsabilidad de los medios de comunicación ante la emergencia por la Covid-19, mostró una clara inclinación por dar visibilidad a grupos que normalmente fueron marginados del espacio de la opinión pública, supo hacer uso del lenguaje como una forma de equilibrar el perverso juego de la desigualdad y reunió para ello a un nutrido grupo de profesionales e intelectuales.
Las páginas digitales de Informe Fracto serán recordadas como uno de los foros de opinión más importantes del espacio digital, donde convivieron algunas de las plumas más apreciadas del campo cultural yucateco. Este espacio digital mostró al periodismo regional los nuevos rostros y perfiles del periodista necesario.
No quepa duda que algún historiador ya ha tomado registro de esta publicación, por lo que su permanencia en la historia de la prensa regional esta asegurada. No se puede ocultar que éste, el medio más crítico de los últimos años, muchas veces fue a contracorriente del discurso periodístico yucateco y con ello sentó un precedente de independencia y libertad para cada uno de sus colaboradores. No se ejerció la libertad de opinión sin reflexión, no se busco ir a contracorriente sin un objetivo, por el contrario, la prioridad fue brindar certeza al lector.
Hace ya casi un año, por la generosidad de Carlos Bojórquez Urzaiz, recibí la invitación para hacer de Informe Fracto un espacio para mis ideas y reflexiones. Posiblemente no correspondí con la constancia debida, por ello valoro más la disposición permanente y entusiasta que siempre mostraron los editores al recibir mis colaboraciones.
La escritura y la reflexión nos llevan siempre por rumbos que se cruzan. Queda la memoria, queda la historia y el respeto a los valores del periodismo necesario.

Pero seré fiel a la divisa
de no escribir nunca una mentira.
Fidel Castro
La experiencia de lo digital ha sido una incitación y, sobre todo, una suerte de esperanza de que la cultura escrita todavía es constancia, y para algunos, destino. Informe Fracto es prueba de que el periodismo puede hacerse desde un discurso más humano y justo, que la escritura de la nota roja puede ir más allá de la estulticia, y que la perspectiva de género es un imperativo que debe permear las redacciones y nuestras relaciones humanas. No se puede desligar la vida diaria del periodismo responsable, de la editorial crítica. No podemos relegar la comprensión del presente a momentos fugaces en cualquier red social, o bien, a impulsos atrabancados de mentira, ego, verborrea y ripio.
Ha sido otro el latir de Informe Fracto. Seguramente otro el motivo de cada colaboradora y colaborador de este proyecto editorial en internet que, sin anuncios y propaganda, bregó por un mar embravecido de crisis pandémica, económica y globalización.
Aún y con todo, queda en la virtualidad, inequívoca constancia de lo escrito, seguro de que la reflexión, esa sí, persistirá en el día a día de quienes confluimos en este espacio diverso.
De manera personal, agradezco y reconozco desde estas líneas, la encomiable labor de Carlos Bojórquez Urzaiz, Rocío Valencia y Lilia Balam para que Informe Fracto navegara sublime. Fueron, sin duda, el viento a favor.
Para mi fue vivificante volver a escribir Notas al margen después de una lamentable y forzada pausa. Y, además, escribirla para un medio digital como Informe Fracto. No sólo fue un puntual recordatorio de la vocación, sino confirmar que este mundo se enfrenta desde nuevas trincheras con palabras, ideas y acciones.
Reencontrar al profesor de universidad, ahora como editor de una revista digital, fue del mismo modo muy grato, aunque no sorpresivo. La esencia del doctor Carlos Bojórquez Urzaiz gira siempre en torno a las ideas, el conocimiento y la creatividad. Es una dicha poder encontrar a un interlocutor como él, y por supuesto, el alto valor de su amistad. Por eso tengo la certeza de que una próxima aurora marcará no uno, sino nuevos rumbos.