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La Nación y el Mundo

Afganistán: ¿un estado fallido?

Adalberto Santana

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Con el arribo de los contingentes de los talibanes a la capital afgana, Kabul,  en este mes de agosto parecería con la paulatina salida de las tropas estadounidense, británicas, turcas y de otros países, que esas columnas fundamentalistas han derrotado a la intervención extranjera en ese país centroasiático. Sin embargo, en nuestra reflexión, pensamos que más bien lo que se ha puesto de manifiesto es lo que buscaba Washington, esto es,  generar en Afganistán un estado fallido. Tal como lo entendemos cuando el propio Joe Biden le manifestó a la ABC News: “no sé cómo hubiera sido posible que Estados Unidos saliera  de Afganistán sin provocar caos”.

En efecto, la ocupación de los marines estadounidense por casi dos décadas en tierras afganas, no generaron grandes cambios y la estabilidad política fue muy precaria. Más bien parece todo lo contrario. Afganistán con la presencia y el peso de la política del Pentágono, se convirtió en una narcoeconomía, ya que la producción del cultivo de amapola se incrementó dramáticamente. Afganistán se tornó el mayor productor de amapola a nivel mundial. Afirma Tariq Ali que:  

Desde la  invasión estadounidense, aumentó drásticamente y ahora representa 90 por ciento del mercado mundial de heroína, lo que hace que uno se pregunte si este prolongado conflicto debería verse, al menos parcialmente como una nueva guerra del opio. Se obtuvieron billones de dólares en ganancias y se dividieron entre los sectores afganos que sirvieron a la ocupación. A los oficiales occidentales se les pagó generosamente para permitir el comercio. Uno de cada 10 jóvenes afganos ahora es opiómano”. (“Afganistán: derrota prevista del imperialismo”, en New Left Riview reproducido por La Jornada, 19-08-21).

Incluso en el discurso de George W. Bush cuando ordenó la invasión, a la par de pretender acabar con el “terrorismo radical islámico” de Al Qaeda  era limpiar de drogas a Afganistán y expulsar a los talibanes del poder. Recordemos que la invasión de tropas estadounidenses y sus aliados como el Reino Unido, fue después del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y a la sede del Pentágono. Así, la intervención fue realizada con el nombre de “Operación Libertad Duradera”, el 7 de octubre de 2001. De tal manera que para el 17 de diciembre de aquel año, los talibanes ya habían sido desplazados del poder. Una buena parte de ellos emigraron a Paquistán y a las zonas de los pastunes, área fronteriza con ese país (precisamente donde años después fue localizado Osama Bin Laden). Otro más se desplazaron a regiones rurales o montañosas. Ahí teóricamente se pertrecharon y de una u otra manera convivieron con los marines. Los datos del conflicto militar en casi dos decenios son contundentes. Se estimaron que llegaron a Afganistán casi 800 mil efectivos estadounidenses (muchos de ellos indocumentados mexicanos, centroamericanos y de otros países de la región, a los que les prometieron la legalización si se incorporaban a las tropas intervencionistas). Esta siempre ha sido a lo largo de la historia una táctica de las grandes potencias colonialistas e imperialistas. Las bajas en las tropas de la Casa Blanca sumaron poco menos de 2,500 efectivos. El estimado de los heridos llegó a 21 mil su número, según las mismas fuentes militares norteamericanas. En tanto que el alto número de bajas de los ciudadanos afganos se ha llegado a calcular que oscila entre los 47 mil hasta 100 mil personas, como producto de bombardeos aéreos y de otros atentados principalmente por las fuerzas de ocupación. Más ahora habría que sumar a las víctimas que crecen con el arribo a Kabul y muchas ciudades del país por parte de la violencia irracional generada por los talibanes.

A la par que también se reportan las nuevas fuerzas de la resistencia civil que comienzan a figurar en otras áreas de la periferia del país centroasiático, encabezadas por otras minorías como los tayikos, que en su momento eran los aliados de las tropas rusas. Su principal dirigente Ahmad Massoud ha comenzado a llamar a conjuntar fuerzas insurgentes contra el poder del Talibán.

Sin duda, el escenario que la Casa Blanca deja en Afganistán, muestra un panorama de una gran inestabilidad. La República Popular China tiene una de las seis fronteras con ese convulsionado país. Resultando así también esa frágil economía afgana un nuevo tapón para acrecentar la “ruta de la seda”.

Por otro lado, países como Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán (naciones que también formaron parte de la URSS) y donde Rusia mantiene un clara influencia, no desean la inestabilidad al sur de sus fronteras. En tanto que Irak, igualmente desmantelado por la invasión de tropas estadounidense, queda como otro posible polvorín cuando salgan de ahí esos marines. Por lo demás, al oriente, Paquistán, con sus ancestrales rivalidades con la India, resulta otro escenario de conflicto. Sobre todo ese escenario se torna más complejo en medio de la pandemia desatada por la emergencia de la covid-19 en una región donde su crecimiento infeccioso parece estar descontrolado.

De esta manera, en esa región centroasiática se podrían introducir fuertes conflictos en sus fronteras, a lo que se suma la ya creciente migración forzada que comienza a impactar a todos los países fronterizos al conflictivo país asiático. En ese sentido el presidente Vladimir Putin, con una gran moderación pero con firmeza, manifestó a Angela Merkel en su visita a Moscú (20/08/21): “El movimiento Talibán controla al día de hoy prácticamente todo el territorio del país, incluida la capital. Esta es la realidad. Y, precisamente, debemos partir de ella sin permitir, sin lugar a dudas, la desintegración del Estado afgano”. Esto puede entenderse como la búsqueda necesaria de la paz en la región pero sin nuevas intervenciones, pero también para buscar la pacificación de esa área y otras donde Washington ha dejado y hereda una estela de conflictos por sus intervenciones.

Esta circunstancia incluye necesariamente a nuestra América, donde hoy la Casa Blanca ha puesto ojos y pretensiones imperiales de intervencionismo ya sea en la frontera con México, el Caribe, Centro y Sudamérica donde el complejo militar industrial tiene la imperiosa necesidad de crear nuevos escenarios bélicos para el consumo de su producción. De ahí que el conflicto afgano, desde nuestra óptica, es inevitable interpretarlo como el proyecto del imperio que requiere en su lógica intervencionista,  para generar inestabilidades donde se fortalezca su proyecto de impulsar Estados fallidos. Máxime cuando esa estrategia imperial vincula en su política injerencista en el siglo XXI, exportar a la región armamento para el crimen organizado, los carteles del  narcotráfico y las bandas paramilitares colombianas que asesinan presidentes en Haití y ciudadanos colombianos, centroamericanos  o mexicanos.  A la par que en su doble moral, hace que su mercado demande  más drogas para su creciente consumo. Círculo perverso que se cierra con el lavado de dinero que se realiza ahí donde sus “talibanes” lavan más blanco en los centros financieros de los EU, tal como lo hace la mafia cubano-americana en Miami.

Madre América

La traición de Cochrane

Sergio Guerra Vilaboy

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El 6 de octubre de 1821 el almirante inglés Lord Thomas Alexander Cochrane (1775-1860), jefe de la flota que había traslado el año anterior al Virreinato del Perú al Ejército Expedicionario del general José de San Martín, sublevó la escuadra, que tenía bandera de Chile, argumentando el atraso en el pago de sus servicios, y se la llevó rumbo norte. La traición de Cochrane fue un severo golpe a la causa de la independencia y debilitó al gobierno de San Martín como Protector de la Libertad del Perú.

Después de merodear con su flota por las costas de México y otros territorios hispanoamericanos del Pacifico, atacando barcos y guarniciones españolas, Cochrane volvió a Chile en junio de 1822, donde trató de indisponer a su gobierno con San Martín. Fracasado en sus propósitos, se puso a las órdenes de Pedro I de Brasil, que contrataba oficiales y soldados desmovilizados de las guerras napoleónicas. Además de dirigir la escuadra imperial brasileña en operaciones contra los portugueses, el almirante británico también reprimió a los republicanos de la Confederación del Ecuador, formada en Pernambuco en 1824, sublevados contra el absolutismo de los Braganza, por lo que fue gratificado con el título de marqués de Maranhao. Luego estuvo en Grecia entre 1827 y 1828, con los independentistas que luchaban contra el imperio otomano, para después dejar sus aventuras, al servicio del mejor postor, para regresar a su tierra natal.

Nacido en Escocia en 1775 en una familia arruinada de la nobleza, a los doce años se había enrolado como tripulante en la marina de guerra británica, donde tuvo una carrera meteórica y ganó cierta notoriedad. Se distinguió en las guerras napoleónicas y llegó a capitán de la armada real y a tener un escaño en la cámara de los lores. Acusado de un mega fraude en la bolsa de valores de Londres, fue expulsado en 1817 de la marina y el parlamento, despojado de condecoraciones, títulos e incluso condenado a prisión. Liberado, puso un aviso en un periódico para conseguir trabajo, anuncio que leyó un representante de San Martín, que lo contrató junto a otros oficiales y marineros británicos.

Al año siguiente, fue recibido por el Director Supremo de Chile, Bernardo O´Higgins, quien organizaba junto con San Martín la campaña para la liberación del Perú, recibiendo el grado de vicealmirante de la naciente flota nacional y la ciudadanía chilena. Además de contribuir a la ocupación de la base naval española más poderosa del Pacífico en Valdivia, el 3 de febrero de 1820, la escuadra de Cochrane transportó unos meses después al ejército de San Martín al Perú. En El Callao encerró a la flota enemiga y en sorpresivo combate naval se apoderó de la fragata Esmeralda, buque insignia de la marina española.

Pero Cochrane no era un patriota desinteresado, sino un mercenario obsesionado por recuperar su fortuna, por lo que cada vez que se apoderaba de una embarcación exigía su botín como si fuera un simple corsario, lo que San Martín no admitió. El tema fue enturbiando la relación entre los dos jefes militares, sobre todo desde agosto de 1821, cuando la situación hizo crisis al apoderarse sin autorización de recursos públicos del gobierno que estaban en una goleta anclada en Ancón. Indignado por el robo, San Martín le ordenó el 15 de septiembre que “restituya, a bordo de los respectivos buques, las propiedades que han sido tomadas de ellos por pertenecer, las más, al gobierno y las otras a los particulares que se hallan bajo mi protección.” Distanciados por el grave incidente, el almirante inglés, declarado en rebeldía, zarpó con la escuadra bajo su mando integrada por dos fragatas, una de ellas la propia Esmeralda, una corbeta, un bergantín y una goleta, lo que mereció el lapidario comentario de San Martín: “Este Lord metálico, cuya conducta puede compararse al más famoso filibustero”.

En 1828, enriquecido y de regreso en Londres, recibió cuatro años después el perdón de la reina Victoria por el fraude cometido y se le permitió heredar el título de conde de Dundonald y recibir el rango honorífico de contraalmirante de la marina real. Al morir con 85 años de edad fue enterrado con honores en la Abadía de Westminster y sobre su tumba se puso la inscripción “Libertador de Chile y Perú”. Quizás, como anota el historiador argentino Norberto Galasso en su biografía de San Martín Seamos Libres y lo demás no importa nada (2009), en reconocimiento al mercenario inescrupuloso que contribuyó a la expansión del imperio británico.

Adenda

Sirvan estas líneas para despedirme de los queridos lectores de la revista digital Informe Fracto y, en particular, de su sección Madre América, que invoca el nombre de un texto paradigmático de José Martí. Quiero agradecer en especial al doctor Carlos E. Bojórquez Urzaiz por la oportunidad brindada, desde abril de 2019, para colaborar en esta aventura del periodismo mediático, que me ha abierto nuevos horizontes. La publicación de más de doscientas cincuenta notas cortas, dos semanales, sobre temas desconocidos, insólitos o mal contados de la historia de América Latina, fue un verdadero desafío. No sólo para mantener una entrega regular y puntual, sino también conseguir que atrajeran a un público amplio y exigente, que de una ojeada pudiera leerlas en sus celulares. Gracias a Informe Fracto, y su excelente equipo editorial, algunas de esas notas aparecen en sendos libros publicados en Chile, lo que reconoceré siempre.

Sergio Guerra Vilaboy

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La Nación y el Mundo

Difícil que prospere demanda por armas en EU: especialistas

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Ciudad de México, 1° de octubre del 2021.- El Gobierno de México busca que se establezcan protocolos para la venta de armas, pues en la actualidad no existe control ni información fidedigna sobre a quién se le están comercializando armas, explicó Raúl Sapién Santos, Presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP),

“Resulta que cuando se comete un delito de alto impacto, como lo es el homicidio, al llegar la fiscalía a realizar el aseguramiento al lugar de los hechos, estas armas se tienen identificadas que provienen desafortunadamente del vecino país del Norte”, detalló.

Un juez federal en EU aceptó que las empresas acusadas vayan en bloque, en un juicio civil con el que México pretende obtener una indemnización por las prácticas negligentes.

En agosto pasado, el Gobierno de México recurrió a una Corte de Estados Unidos para demandar a fabricantes de armas a los que acusa de negligencia y propiciar un tráfico ilegal; entre las empresas están Smith & Wesson, Colt’s Manufacturing y Barrett Firearms Manufacturing, cuyo rifle de francotirador calibre .50 es un arma de guerra utilizada por los cárteles de la droga en México.

En EU existe la Ley Protection of Lawful Commerce in Arms Act (PLCAA), la cual impide que haya demandas frente a ese tipo de empresas por daños que hagan sus productos.

Carlos A. Pérez Ricart, profesor investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) indicó que la demanda contra fabricantes de armas será difícil que prospere, porque en Estados Unidos la industria armamentista está protegida y los delitos que se cometen con armas en México son ejecutados por mexicanos.

“A ver cómo va a poder sortear el Estado, México va a tener que acreditar, como Gobierno, que es víctima de todo esto y eso tampoco es claro si lo vaya a poder hacer”, indicó.

Sin embargo, Pérez Ricart consideró que la demanda podría generar que las empresas modifiquen la forma en que distribuyen sus armas, lo que ayudaría a alinear incentivos entre los grupos de activistas en México.

“Grupos que pugnan un control de armas más estricto en Estados Unidos. La demanda es evidencia de que hay una buena estrategia del Gobierno federal a mediano y largo plazo para terminar con este tema; y es un indicio de que es un área prioritaria para el gobierno mexicano”.

En tanto, la vicecoordinadora de la bancada del PAN en el Senado, Kenia López, refirió que serán los jueces quienes definan conforme al marco legal, la demanda interpuesta.

“Habremos de ver cuáles son, cuál es el proceso jurídico, lo que tendrá que prevalecer son dos cosas: es la ley en términos nacionales y, por supuesto, que haya un entendimiento de cuáles son las prioridades para ambos países”.

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En agosto se rompió el récord histórico de cifras de feminicidio en México

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De acuerdo con el semáforo delictivo, también aumentó considerablemente el índice de violación y violencia familiar.

Ciudad de México, 30 de septiembre de 2021.- En agosto, el Semáforo Delictivo reportó cinco delitos en rojo: violación, violencia familiar y feminicidio, así como extorsión y narcomenudeo. Todos ellos están arriba de su media histórica mensual; mientras que la cifra de asesinatos de mujeres por razones de género rompió el récord histórico, con 107 víctimas durante ese mes. 

Incrementan delitos de violencia familiar y violación en casa


La violación y violencia familiar se ubican en rojo desde el mes de febrero y tienen incrementos importantes en el año de 31% y 20%, respectivamente. Los estados con las tasas más altas en violación son Chihuahua, Quintana Roo, Durango, Baja California Sur y Querétaro. Los estados con tasas más elevadas en violencia familiar son Chihuahua, Durango, Colima, Coahuila y CDMX. 

“La mayor parte de las violaciones se dan en casa por parientes cercanos y las víctimas son menores de edad”, comentó Santiago Roel, director del Semáforo Delictivo. 

 
Al cierre de agosto, el feminicidio rompió récord con 104 casos y 107 víctimas, la cifra histórica más alta y un incremento de 8% en el año. 

“El feminicidio suele ser un caso extremo de violencia familiar, por lo que no es de extrañarse su incremento, ya que la violencia familiar ha subido en todo el país de manera significativa. Por ello, es fundamental la atención oportuna de la violencia en casa y la protección de la familia en caso de riesgo extremo”, reiteró el directivo.
 
Los estados con tasas más altas de feminicidio en el año 2021 son Chihuahua, Morelos, Sonora, Quintana Roo y Sinaloa.
 

La extorsión suma varios meses en rojo con un incremento de 5% en el año. Los estados con tasas más altas son Zacatecas, Estado de México, Colima, Querétaro y Baja California Sur. En tanto, el narcomenudeo se ha mantenido en rojo todos los meses con un incremento de 9% en el año. Los estados con las tasas más altas son Guanajuato, Coahuila, Chihuahua, Baja California y Colima.  

 
El homicidio se ubica en amarillo con un informe de 2,394 carpetas en el mes, ligeramente por debajo de su media histórica mensual. Los estados con tasas más altas son Chihuahua, Baja California, Colima, Zacatecas y Sonora. Santiago Roel afirmó que “seguimos teniendo una de las tasas más altas del mundo por no querer resolver el tema de fondo a nivel nacional, mediante la regulación de las drogas”.
 
Por su parte, el secuestro se mantiene en verde y tiene una reducción de 28% en el año. Los estados con las tasas más altas son Chihuahua, Colima, Morelos, Tlaxcala e Hidalgo.
 
Robo de vehículo, a casa y negocio se mantiene en amarillo y presentan reducciones entre el 5 y el 10%.
 
Las lesiones dolosas (riñas) se ubican en amarillo en el mes; sin embargo, presentan un incremento de 10% en el año.
 

Calificación por estados
 
Los peores estados calificados en el mes de agosto, con 8 rojos, son Chihuahua, Nayarit, Nuevo León y Sonora. Por el contrario, el mejor calificado es Jalisco con un sólo rojo en su Semáforo Delictivo, seguido de Yucatán y Chiapas, con dos rojos.  
  
“Sigue sin resolverse la violencia del crimen organizado, en especial de narco-ejecuciones, es un tema federal y tampoco hemos sido capaces de hacer campañas efectivas contra la violencia en casa, que reduzcan los índices de violencia familiar, violación y feminicidio. Las familias mexicanas, y en especial las mujeres, siguen atrapadas entre la violencia extrema dentro y fuera de casa”, concluyó Santiago Roel.

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